Nos conocimos en una de las bodas más divertidas que tuvimos, la de Analía y Pablo, justo un año antes. A varios de los invitados los conocíamos de esta Fiesta (sí, con mayúscula, señora fiesta), pero a otros los vimos en otros casamientos, y ojalá los sigamos encontrando en otros eventos porque es un placer compartir con ellos. En la primera reunión con Sole y Ariel, nos quedamos cenando hasta tarde, cuando nos juntamos de nuevo, nos quedamos almorzando, copados es poco y nos alegró mucho que nos eligieran. Su casamiento fue un fiel reflejo de ellos: familia, amigos, música y pasarla bien. Nos dimos el gustazo de hacer unas fotos al amanecer frente al río y de paso Ana y Pablo se llevaron unas fotitos románticas de su primer aniversario de casados. Terminamos el día (o mejor dicho la noche) con una gran sonrisa y con la certeza de que fotografiar bodas es una mezcla de trabajo y placer. Cuáles serán los próximos del grupo en dar el “sí”?
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