Muchas veces nos preguntamos ¿cuánto cuesta un fotógrafo de bodas en Argentina?
Estas líneas a continuación no tienen como objetivo vender un servicio o un paquete, sino que la idea es explicar por qué es importante valorar el único recuerdo que les va a quedar de uno de los días más importantes de su vida: las fotos.
Nos hemos encontrado con artículos en internet que hablan de cómo ahorrarse el fotógrafo de la boda y dan recomendaciones como: pedirle a un amigo que te tome las fotos, elegir a alguien que está recién comenzando o inclusive reemplazar a una persona con años de estudio y experiencia por un trípode. Los ojos nos duelen ya de leer estas cosas y ni hablar de imaginar el recuerdo que les va a quedar a esas pobres parejas que sigan esos consejos. Y no es algo que se pueda remediar por que una vez que ya pasó el casamiento, no hay vuelta atrás.
Obviamente que la elección del fotógrafo va a depender del presupuesto que puedan (y quieran) destinar a las fotos, pero antes de tomar la decisión estaría bueno que tomen en cuenta estos puntos.
Las fotos (junto con el video) son el único recuerdo que les va a quedar de su gran día. Ya sabemos que lo dijimos en el primer párrafo pero vale la pena repetirlo porque este es el punto clave. El valor de las fotos ni siquiera se puede tomar tanto como el que le den hoy o cuando haya pasado un año y estén festejando el primer aniversario y las vuelvan a ver.
El verdadero valor de las fotos es a futuro, cuando las compartan con sus hijos, sus sobrinos o ¿por qué no? sus nietos. Cuando ya no recuerden tantos detalles, cuando quieran volver a ver quiénes estuvieron, cuando se junten con sus amigos 15 años más tarde y se rían de sus looks de antes. Cuando una sola imagen les haga recordar toda una anécdota y les saque esa sonrisa, como si no hubiera pasado el tiempo.
Y las fotos no son solo para ustedes, son para su familia también. En todas las casas donde haya padres con hijos casados van a encontrar un portarretratos con una imagen de ese día. Quizás sea una de las pocas ocasiones en que se junten con todos los primos porque la mitad vive afuera, o el recuerdo invaluable de tu sobrinito llevando las alianzas. Porque lo que hacen las fotos es que esos momentos vivan para siempre.
Entonces, ¿por qué no pedirle a un amigo (aunque sea fotógrafo) que se encargue de las fotos? Porque si es tu amigo, vas a querer que esté en la fiesta, disfrutando. Querés que esté brindando con vos, y no sacando la foto del brindis.
¿Por qué no pedirle a alguien que recién empieza? Porque sacar fotos de boda no es fácil y requiere de mucha experiencia hacerlo bien. Hay muchas situaciones con distintos tipos de luz, muchos momentos importantes que no se pueden perder. Porque el fotógrafo que elijas tiene que tener equipo de back up, ART y un montón de cosas que alguien que recién empieza posiblemente no tenga.
¿Por qué no poner un trípode y usar un disparador? (Esto lo encontramos en serio, no es invento) Y, porque seguramente ustedes, como novios, tengan mejores cosas que hacer en su boda.
Nuestra recomendación es: tengan estos puntos presentes a la hora de tomar la decisión, piensen en el futuro, en cómo quieren recordar su día y piensen si quizás no vale la pena estirarse un poco para conseguir un trabajo profesional, de esos que les va a sacar una sonrisa cada vez que miren las fotos de nuevo.
