Beli y Pablo están en el podio de los novios más espontáneos que nos tocaron. Solo dos meses antes de su boda nos llamaron para preguntarnos si podíamos ser los fotógrafos de su casamiento. Hay una razón para esto: fue ese el momento en que decidieron casarse. Él estaba segurísimo que ella era la mujer con la que quería casarse y ella no necesitaba más que eso. Entonces, ¿para qué esperar?
Beli se cambió en el Hotel Rental Suites de Pilar mientras Pablo terminaba de preparar todo en la casa de sus futuros suegros, que ofició de salón -de lujo-. Estos novios son la evidencia de que no hace falta enroscarse con mil cosas de la organización, y que si te concentrás solo en lo que significa la boda, todo va a salir bien.
La decoración les quedó genial y la ceremonia fue muy emotiva: él la esperó junto a sus dos hijos porque “ella no se casa solo conmigo sino con nosotros 3”. ¿Hace falta aclarar que después de esto estábamos todos lagrimeando?
Hasta el catering tuvo un valor especial porque lo hizo la empresa del hermano del novio, Marote´s. Estos novios organizaron su boda en tiempo record, concentrándose en la gente que más quieren y el amor que hay entre ellos y salió todo más que perfecto. Son el mejor ejemplo de que si te concentrás en lo importante, nada puede salir mal.


































































