Con estos novios nos juntamos para conocernos con bastante anticipación para su boda. En cuanto entramos a su casa nos cruzamos con su gatito y les preguntamos el nombre: Gilmour. “¿Gilmour? ¿Cómo David Gilmour? ¿Cómo Pink Floyd?”. Y ahí supimos que queríamos – teníamos que- ser los fotógrafos de su casamiento. Por suerte no solo tenían un gran gusto por la música sino que además les sobraba buena onda y por eso cuando salimos de su casa nos fuimos pensando que ojalá nos eligieran. Y felizmente, así fue!!
Si hay algo que los caracteriza a ellos son sus sonrisas, y la impresión de que parece que se divierten cada minuto juntos. En realidad, revisando sus fotos, creemos que realmente es así y que no paran de pasarla bien. Según lo que nos contaron, la idea del casamiento empezó como un festejo íntimo y de a poco fue creciendo hasta convertirse en una boda con iglesia, salón y un montón de amigos. Conocemos muchos novios que les pasa eso y no conocemos ninguno que se haya arrepentido de agrandar su fiesta. Es verdad que una boda grande no es para todos y que siempre lo más importante es la gente que los acompaña en ese día, pero si se llegan a tentar con agrandar la fiesta (y pueden hacerlo) no lo duden, háganlo. Si no nos creen, miren la cara de Agus y Cris en sus fotos!
Ellos eligieron el salón Bahía Punta Chica frente al río en Zona Norte. A pesar de hacer casi todo adentro, pudieron disfrutar de estar afuera. No solo para la recepción sino también para esos momentos que hay que tomar aire entre canción y canción (y la brisa fresca del río resulta reparadora). De nuevo, a las pruebas nos remitimos y si miran el resumen van a ver que la mayor parte de la fiesta se la pasaron en el aire y no es cosa fácil andar volando o haciendo volar a alguien durante toda la noche. Creemos que el lugar que eligieron para festejar su boda fue perfecto para ellos. Nosotros la pasamos super bien haciendo sus fotos y gracias a ellos seguimos confirmando que definitivamente tenemos los mejores novios.
